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viernes, 17 de noviembre de 2017

¿Qué es la evaluación diagnóstica?


Imagínese que acude a un gimnasio porque quiere perder peso. El entrenador le indicará que  lo primero es marcar sus objetivos (por ejemplo perder 10 kilos en tres meses). Lo siguiente que hará es recabar un conjunto de información sobre usted: número de días y tiempo que irá al gimnasio por semana, peso actual, talla, lesiones…. Le preguntará por sus hábitos cotidianos: comida, tipo de trabajo, tiempo que anda o que está en el sofá viendo la tele,….También le realizaran un conjunto de pequeñas pruebas para ver sus condiciones físicas, por ejemplo le dirán que camine o corra por una cinta, levante pequeños pesos, le dirán que haga el máximo número de sentadillas durante 30 segundos y, además, le medirán las pulsaciones durante la realización de esos ejercicios.
Con todos estos datos el entrenador personal tendrá información suficiente para diseñar un primer plan de entrenamiento. No lo establecerá para tres meses, sino que lo hará para unas semanas, ya que de esa forma verá su evolución, y en función de la misma tomará unas u otras decisiones para modificar el plan.
El entrenador personal lo que ha hecho es realizar una evaluación diagnóstica, para posteriormente establecer un plan de acción personalizado y temporal. Para poder hacer la evaluación diagnóstica el entrenador personal requiere 3 condiciones:
  1. Conocer información: su información personal (edad, talla, peso,….), sus hábitos (sociales, profesionales, nutricionales,….) y factores psicológicos (motivación por alcanzar los objetivos, interés, actitud,…)
  2. Conocer los objetivos. Necesita conocer los objetivos finales (perder 10 kilos), el plazo para alcanzar los objetivos (3 meses) y la dedicación (una hora al día y tres días a la semana).
  3. Ser experto. El entrenador personal debe ser un experto y profesional, en caso contrario no sabrá crear un plan personalizado y adaptado a las condiciones de cada persona.

Además, la evaluación diagnóstica tiene un fin: establecer un plan personalizado parcial; es decir, se contempla una serie de actividades personalizadas durante un periodo de tiempo (por ejemplo 3 semanas), una vez transcurrido ese periodo se comprobará si los resultados son los esperados por el entrenador personal.
Pues bien, ya sabemos qué es la evaluación diagnóstica y nos resultará fácil trasladarla al contexto de la educación. En este caso la evaluación diagnóstica es:
  • Recabar información personal del alumno, hábitos de estudio, condiciones psicológicas (a menudo asociadas a su entorno familiar, social o laboral).
  • Conocer los objetivos finales que debe alcanzar el alumno y plazos disponibles para ello. Además conocer la dedicación (tanto dentro como fuera del aula) que va a emplear para alcanzar esos objetivos.
  • SER UN BUEN PROFESOR. Sí querid@s lector@s, es aquí cuando se nota si una persona es profesional de la educación o no. Si no se es una persona experta en la materia, ni experta en el aprendizaje no será capaz de procesar toda esa información, ni mucho menos establecer un plan personalizado de aprendizaje.

Cualquier profesor, un buen profesor, está capacitado para hacer una evaluación diagnóstica. Sin embargo no se suele utilizar ¿Por qué? Pues porque no se suelen especificar planes personalizados de aprendizaje para cada alumno, ni mucho menos se va a controlar la evolución de dichos planes personalizados.
Una de las actividades en  las que se trabaja en innovación educativa es precisamente realizar la evaluación diagnóstica para establecer planes personalizados temporales y que esto se haga con un bajo coste tanto en tiempo de dedicación como en esfuerzo. Estas actividades suelen estar dentro de la línea: Aprendizaje Personalizado.
 
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